El que escribe en aquella tremenda cuesta camino del Cordal se encontró con dos tipos bien distintos, de compañeros de viaje. El recien llegado y el que lleva toda una vida sobre la bici. El que empieza a conocer el sufrimiento de las cuestas infinitas, con 26 añitos y el que ya sabe lo que es llegar al final de una subida con un 30% de desnivel, con más de cincuenta y tantos añitos. Como podeis imaginar no hay imagenes de la ascensión. Bastante hicimos con llegar al final en buenas condiciones. El que escribe mientras superaba a sus dos compañeros pensaba con cierta envidia en ellos. Uno con todo el tiempo por delante para ponerse en forma y disfruta de este bonito deporte y el otro con una fortaleza mental y una capacidad de sufrimiento que me gustaria poseer cuando llegue a su edad.
Para ellos y para mi buena amiga Slim va la canción del día.
2 comentarios:
Si superados los cincuenta sigo rodando por el Cordal te aseguro que sonreiré más que ese biker de veintiséis. Será bonito rodar por ahí con los boys.
Pues a algunos ya nos queda poco pal cincuentenario y cada día estamos mejor ,verdad Blue, o al menos ese es el consuelo que nos queda
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