Bluetomate y el que escribe, en sus paseos por la ciudad, hemos tenido oportunidad de conocer a la dueña del pañuelo que veis. Solamente la conocemos de vista pero, nos basta y nos sobra, para inclinarnos ante ella. La vemos pasear sin rumbo fijo, la vemos contemplar el mar con la mirada perdida, la vemos leer con la tranquilidad del que tiene todo el tiempo del mundo, la vemos manteniendo conversaciones con sigo misma. Todo lo que vemos de ella nos gusta, su pañuelo, su mochila, su pantalón de cuero, su forma de caminas y sobre todo su enorme dignidad.
Bluetomate y el que escribe, estamos seguros, de que algún día mantendremos con ella una buena conversación.
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