viernes, 15 de enero de 2010

El último diario del Doctor Livigstone y una bonita música para otro fin de semana lluvioso.



"Por otra parte, el placer puramente físico del viajar es ya en sí muy grande. La marcha por unos terrenos de seiscientos metros de altura ejercita los músculos; parece que circula por las venas una nueva sangre; el espíritu es lúcido; la inteligencia desarrolla su actividad; la vista se aclara; el paso se asegura; y los esfuerzos del día dulcifican el descanso de la noche. Tenemos el estímulo de lejanas probabilidades de peligro por parte de los hombres o por parte de los animales. Nuestra simpatía entre compañeros hace que seamos un grupo que es una sociedad de amigos. todo se fortifica; el cuerpo recupera sus proporciones naturales, y desaparece la grasa excesiva. Bajo este punto de vista, el Africa es un país maravilloso; no hay temor de que tenga indigestión sino aquel que come con exceso tuétano o piel de elefante. Hay obstáculos y fatigas para aquellos que viajan en climas templados de los que solo pueden hacerse una ligera idea , pero cuando se trabaja para Dios, el sudor que cae de la frente es vivificante y se vuelve beneficioso. Para apreciar el encanto del reposos es necesario estar cansado de rudos esfuerzos".

No hay comentarios: