El que escribe y sus compañeros de transpirenaica decidimos pasar una noche en El Palacio de Las Ninfas. Sin lujos pero rodeados de un bosque esplendido y con unas vistas increíbles.
Ruidos, solamente los justos, los de los animales, los de las gotas de lluvia y los de los truenos y relámpagos.
¡Otra noche irrepetible!
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