El que escribe cree que es una buena manera de empezar la semana viendo estas imagen .Es la primera vez que Gonzaga se subía a una bicicleta, mejor dicho, se subía al carrito que lleva acoplado el tándem de sus papas. Felix, el papá, nos lo cuenta:
Gonzaga tenía 4 meses justillos cuando fuimos a Proaza. Eso debió de ser como a mitad de enero o así, al mediodía el solete calentaba pero hacía frio, de verdad.
La cosa fue que el de la handbike, que es el inefable Cesár (se llaman así de verdad, tanto la bici como él) había ido con su novia Maite el día anterior a dormir a Teverga en plan cicloturismo y quedamos en vernos al día siguiente para el asunto del carrito. Llegamos tarde y no emprendimos la marcha hasta las 2.El acople del huevito al carrito fue artesanal a base de cinchas . El carrito no era lo que se dice ni de última generación ni de calidad pero andaba. La ida la hicimos despacito por prudencia por la pendiente. Además nada mas empezar el primer repechin se desacopló el enganche y quedamos solo con el de seguridad. Paramos a ajustar y en esto pasa un chico con el otro carrito que alquilaban y le pasaba lo mismo… pero con la mala suerte que rompió también la cadena y adiós. No teníamos troncha así que el pobre allí se quedó y nosotros seguimos, pero con la sensación de que aquello se podía volver a caer en cualquier momento. A las 3 estábamos a Entrialgo. A todo esto el niño se había dormido al poco de salir y nada mas llegar lo sacamos , parecía contento del sol y estar por allí. Eso es lo que grabó Cesár ¡ Nunca pasamos de 20-25 km/h pero fue como si bajásemos a 200.La inercia te lleva casi sin dar pedal estas Proazallegamos con mucho frió y Gonzaga ya quejumbroso de tanta vibración y tanto cuento. En fin experiencia decepcionante por lo malo que era el carrito pero iniciática porque a saber donde iremos con el que tengo ya en mente y catálogo para poder ir a cicloturistear los 3 desde este verano hasta que Gonzaga pida ir en su bici y pueda con sus alforjas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario