Me gusta la mezcla que se genera ese día. Entre los 240 participantes en la marcha puedes ver todo tipo de ciclistas. Yo marco tres grupos claramente diferenciados:
En primera fila van los pros, mola mucho ver sus maquinas y su forma de pedalear. Yo , la verdad, los veo poco, en la salida en la meta y en los puntos de avituallamiento.
.A mi me gustan y me parecen muy loables las distintas maneras de enfocar la participación en la vuelta, pero particularmente prefiero ir con el pelotón de cola.
Atrás todo va con más calma. En las cuestas hay que parar y animar al personal. Muchas veces las bicicletas no cumplen las condiciones mínimas
para superar la prueba y tienes que echar un cable al personal.
Generalmente van chavales que están empezando y no tiene ni idea de por donde vamos. También sueles tener la oportunidad de ir charlando con el personal femenino, aunque siempre tienes que sacar el codo para echar a los moscones que las rodean. Particularmente creo que en este grupo es donde la labor de LA PEÑA puede ser mas interesante. Me gusta mucho ver después tiempo a críos que el primer año se retiraron a mitad de recorrido, como vienen con mejores maquinas, mejor preparación y una seguridad en si mismos que años atrás no tenían.
Como todos los años el compañerismo y el buen rollo es uno de los puntos fuertes del día. Cuando hay algún pinchazo siempre encuentras una mano amiga que te ayuda. Si tienes una avería ya mismo viene la asistencia y te lo soluciona. Los policías municipales son super amables. Los radio aficionados están cubriendo todos los cruces y puntos complicados y la asistencia medica funciona a la perfección.
En las fotos de la izquierda veis El paseo triunfal por las calles de Gijón.
Me hace pensar que la prueba es un éxito el que cada año aumenta el numero de participantes y por lo que veo los que participan en una ocasión casi siempre repiten.
Solamente espero que los senderos que recorrimos sigan permitiéndome ver ciclistas comprometidos con el cuidado y la conservación de nuestro entorno y así podrán disfrutar, como lo hicimos Alfonso y yo, viendo a un corzo y su cría corretear por el Monte de Deva.
!Seguiremos pedaleando por el concejo!
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