jueves, 1 de abril de 2010

POR EL CAMINO PRIMITIVO.Se huele Santigo

Salgo de Lugo con muchas ganas de pillar la oleada de peregrinos del Camino Frances. El camino por el que transito esta lleno de pinchos de las zarzas recien cortadas. Tengo que reparar un par de pinchazos, con lo que esto conlleva, desmontar las alforjas y volver a cambiarlas. En uno de esos cambios me doy cuenta de que mi cubierta trasera está muy gastada. En Palas do Rey me detengo y busco un taller. Todavía quedan esos talleres de pueblo en los que te arreglan la bici, te venden un tractor o una moto.
En la puerta me encuentro a un muchacho belga que me acaba dando una lección de superación personal. Tiene una pierna destrozada, problemas de visión y el equilibrio muy tocado. Ha salido de Bruselas y se ha parado en el taller porque se ha quedado sin frenos en la carretera y casi se mata. En un albergue le han atacado las pulgas y ha tenido más de un momento de riesgo físico.


Este es uno de los momentos que con más claridad recuerdo. Me he sentido un afortunado y un privilegiado por poder compartir con este chico unos momentos.
Le dejo atrás y disfruto como un enano de lo que me queda para llegar a Santiago.
Los bosques que me llevan al Monte Do Gozo están encantados. La energía fluye de los árboles y se respira la alegría de los peregrinos que han pasado anteriormente.
Voy en compañía. Grupos a pie, gente en bici y mucha gente muy alegre caminando.
El ultimo tramo lo hago con una chica de Aviles, su padre, su novio Lituano y el hijo de este último.


El Monte do Gozo es una fiesta. Está llenito. Me alojan en un barracón petao de estudiantes. Los comedores son una melodía de olores y aromas. Me arrimo al chico Lituano y a su clan. Mientras se comen un cocido celestial, hablamos de lo divino y de lo Humano. Ellos viven en Londres y hacen el viaje para compartir unos días en familia.
La noche será larga. Hay tertulias por todos lados. Iñaki será mi compañero para lo que queda de noche. Hasta que nos eche el frío hablaremos largo, tendido y con mucha claridad. Este muchacho de Laredo es patrón de Yate y ha vivido mucho. Se que llegaremos juntos a Santiago

c

3 comentarios:

ivan dijo...

Más que un camino, una experiencia por lo que veo.Con ganas de empezarlo...

El papá de Fer... (y de Carmen) dijo...

Josínnnnn.
Pero bueno que haces por esos caminos de Dios.
Me alegro mucho saber de ti y a la vuelta charlamos de todo. Benditos kilos los que tienes y no los que yo arrastro. A ver si me pongo manos a la obra y podemos pedalear juntos.Cuídate mucho.
Un abrazo de todos.

Anónimo dijo...

Ya te queda poco.Vete pronto para la cama y descansa que te estás pegando una paliza y, si sigues así,no vas a tener fuerza para estar en la brecha. Aunque tú puedes con todo.
¡¡¡ANIMO!!!