El que escribe hoy te quiere hablar de otro bosque. Con veinticuatro horas de diferencia me encontré en otro bosque, un bosque menos frondoso y menos autóctono, un bosque más luminoso y abierto. En el que el barro también nos jugaría alguna pasada pero eso tuvo su gracia. En aquel bosque nos juntamos, después de un tiempo, buenos compañeros de andanzas. Se sumaron Carlos y un venezolano-asturiano con muy buena pinta. Siempre me gusto la facilidad con la que los grupos ciclistas integran a los que por allí pasan. Cuando pedaleas en grupos pequeños y a un ritmo similar, las conversaciones son más relajadas y las bromas suelen sucederse. Afortunadamente con Efrén y Dani hay una buena química y eso hace que un recorrido habitual, se convierta en una magnifica mañana de BTT.
Sensaciones completamente diferentes a las del día anterior, ni mejores ni peores. Hoy tocaba soñar con el buen tiempo, las largas salidas con ropa corta y el calor en todos los poros de la piel.
2 comentarios:
Sí, hay ganas de ponerse ya de corto.jose Luis.
Lo único que de corto las "malas pasadas" del barro tardan mas en curar. Lo dice un buen amigo de la gravedad.
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