El que escribe nunca ha sido un ciclista muy técnico y con las escaleras estas carencias quedan más que patentes.Viendo a mis compañeros bajar con facilidad y con placer se me cae la baba. Te contaré que aquel día que salí con Lilí por la zona de La Pedrera y nos pusimos a bajar escaleras, llegue a casa con un montón de hematomas y la sensación de que era un patán encima de una bicicleta. Hoy ya he superado aquel momento, pero todavía me queda ese sabor amargo de la incompetencia. Menos mal que me lo paso muy bien viendo a mis compañeros hacer lo que a mí me resulta imposible.
P.D. La canción para los que tienen los pies en el suelo y quieren volar alto.
3 comentarios:
Estas cositas me recuerdan lo bien que me vendría cambiar la bicicleta y gozar de los beneficios de unas buenas suspensiones. Hablaré con mi mujer.
A mí con más de cuatro peldaños ya me parece un precipicio. Ni suspensiones ni nada, solo ye cuestión de coj...., y algunos carecemos del tamaño suficiente.
No es cuestión ni de suspensiones, ni cataplines, es cuestión de técnica
Seguro
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