El que escribe podía suponer que la noche de Halloween no sería una noche cualquiera. Con una altitud de 300m sobre el nivel del mar y en un lugar muy próximo a las tierras de mi querido abuelo, los acontecimientos tenían que ser especiales.
Una paella debastadora y con efectos alucinógenos hizo que me volviese a encontrar con el hombre que habla con los animales y que llora por que despilfarro que hacemos del agua de lluvia. El hombre que quiere que sus caballos sigan siendo salvajes, que alimenta carpas en su pequeño estanque y que se relaja viendo las puestas de sol desde el porche de su vivienda.
Escuchando la canción de Mark Knopfler entenderás las sensaciones que han rondado mi cabeza la noche de Halloween. Lo del cumpleaños,la maravillosa noche, la buena compañía y la música de los años 80 queda para los que allí estuvimos.
5 comentarios:
No te conocía,estas pa tirarte los tejos,al cavernícola tambien lo conozco es una habitual de Cimavilla.Ignoro de quién es el cumple pero Felicidadaes y que cumpla muchos mas.
Un saludo
un placer conocerte, en la ultima foto si que estas un poco alucinado, no se si por la paella (que por cierto no se parece a la valenciana) o por las cervezas. un beso
Aclaraciones.La paella es del cantabrico( con bonito), muy buena pero al estilo Adolfo.El cumpleaños de una chica de San Lucar y el propietario es un muchacho asturiano pero que paso su infancia en Venezuela. A todos estos personajes hay que añadir una docena de acompañantes.Blue
CARAMBA!!!José, que curioso estás de hippie ibicenca..felicidades al cumpleañer@
El de la última foto ¿No es Carlos Jesús? Parece salido de Raticulín...
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