jueves, 27 de agosto de 2009

El viajero del siglo.Andrés Neuman.Alfaguara


En resumen, Dijo Álvaro, parece que hay dos tipos de personas ¿no?, los que siempre se van y los que se quedan para siempre. Bueno y también estaríamos los que primero nos fuimos y después nos quedamos. Eh, creo, opinó el organillero, que más bien sería: los que quieren quedarse y los que quieren irse. De acuerdo, Dijo Álvaro, pero querer moverse es una cosa y hacerlo otra. .. Pensar en irse es una cosa, y marcharse de veras es otra. Querido, sonrió el organillero, ¿y acaso yo no me muevo, empujando mi organillo cada día y dándole a la manivela? Uno puede quedarse en un lugar y moverse todo el tiempo. Pero usted es diferente, dijo Hans, usted sabe cuál es su lugar lo ha encontrado... en serio, pienso que para saber dónde quiere estar uno necesita ir a lugares distintos, conocer cosas, gente, palabras nuevas (¿eso es viajar o escapar? Preguntó el organillero), buena pregunta, déjeme pensar, a ver: es las dos cosas, también se viaja para escapar, eso no es malo. Tampoco es lo mismo huir que mirar hacia delante

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