El que escribe y sus compañeros de paseo han tenido ocasión, este fin de semana, de hablar con el hombre de la fotografía. Si me preguntas su nombre no te lo puedo decir.Si me preguntas su edad te diré que tiene 83 años.Si me preguntas por su estado de salud, te podría enumerar sus múltiples achaques.También te podría hablar de sus visitas al hospital e incluso te podría decir que se le está agotando el carbón que utiliza para calentar su casa.
El que escribe tiene la costumbre de saludar y pararse a hablar con los habitantes de las zonas por donde pasa. También le gusta el contacto con la naturaleza , le gusta ver el sol al amanecer y al atardecer y también le gusta escuchar los sonidos de nuestro entorno. Pero , sobre todo, le gusta escuchar a las personas que viven en el medio rural.
Frenar nuestra bicicletas, decir buenos días y escuchar con calma a las personas que encuentras, es una fuente inagotable de conocimientos y de sensaciones.Me hace retrotraerme a los tiempos en que paseaba con mi querido abuelo,por los mismos lugares que ahora recorro con mi abnegada Dichewemy.
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