El que escribe cuando entró en el garaje y vio la flamante Merida de Alejandro se quedó un poco sorprendido. Ver una bicicleta de una talla 23 no es nada normal por estas latitudes.Su dueño tuvo que bucear en internet para encontrar un fabricante que tenga modelos de este tallaje.
Dichewemy cuando la vio se lo tomo de otra manera. Me comentó que la talla no importa y que en esto de dar pedales lo importante va por otro lado.Lo que sucedió después es muy sencillo de contar. 2 horas de bicicleta y 24 km para rodar de manera plácida y tranquila por las sendas verdes. Alejandro feliz con su nueva compañera, Dichewemy haciéndose una veterana y el que escribe con dolor de cuello de mirar para arriba a su compañero (1.98 mide el informático).
1 comentario:
Acabo de leerlo, jejejeje, he de decirte que es una 24, todavía mayor!!!
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