miércoles, 9 de enero de 2008

Mi mejor recuerdo





El que escribe ha encontrado este texto colgado en un pasillo del colegio donde trabaja. La profesora había puesto como tema para una redacción el mejor recuerdo y esta es la experiencia de Alvaro x12:


Mi mejor recuerdo fue cuando aprendí a andar en bicicleta sin las dos ruedas pequeñas de atrás.
Todo empezó cuando un día de hace unos seis años le dije a mi abuelo que creía que podía andar en bicicleta, mi abuelo no se lo creía, pero aún así él cogió la caja de herramientas del mueble y me quito la rueda pequeña de la parte de atrás de la bicicleta y le dijo a mi abuela que él y yo íbamos al Arbeyal a aprender a andar en bicicleta, pero ella no quiso acompañarnos. Bajamos por el ascenso y llegamos al portal, me subí a la bici que la tuvo sujeta mi abuelo y me ayudó a mantener el equilibrio. El trayecto hasta llegar al Arbeyal fue aburrido porque no me soltó para nada. Cuando llegamos al Arbeyal vimos la cuesta que estaba situada nada más llegar a la playa, mi abuelo no quería soltarme. Nos situamos al principio de la cuesta , en la parte más alta, yo tenia un poco de miedo, pero al final me soltaron y yo no sabia lo que hacer, pero me armé de valor y empecé a pedalear y vi que no me caía y seguí haciendo lo mismo y no me pasaba nada. Y así es como yo empecé a andar en bici y me encante hacerlo, yo creo que ese fue el mejor recuerdo que tengo.

P.D. Yo todavía recuerdo la BH plegable que nos trajeron los Reyes, también recuerdo los dolores de espalda , los sudores y la paciencia de nuestra madre durante las tardes de verano, para que su prole aprendiera a andar en bicicleta, y después............... llegó todo lo demás.

3 comentarios:

CIMAFERMIN dijo...

Yo creo que es uno de los recuerdos mas frescos que tenemos todos,y si es gratificante cuando lo hacemos como alumnos ,cuando lo hacemos como profesores lo es más,el día que mi hija aprendió a andar en bici,yo llegue a mi casa con la bolsa de orgullo repleta,supongo que ella también.

Anónimo dijo...

Creo que todos recordamos como algo muy especial el momento (mágico) en que por primera vez logramos mantener el equilibrio sobre una bicicleta, ahí va mi primera vez:
tendría yo seis o siete años y alguien me encaramó en la bici de un albañil que realizaba unas reformas en la casa de mis padres, empujó desde atrás y anduve unos cuantos metros hasta que la velocidad disminuyó. No llegaba a los pedales. Aterrizé como pude.
A partir de ese día comencé a disfrutar de uno de los que aun hoy considero placeres esenciales de la vida: desplazarme en bicicleta.

He enseñado a andar en bici a mis hijos y, viendolos gozar al mantenerse por vez primera sobre las dos ruedas, he revivido la magia de aquellos días.

Perdónadme si me enrollé mucho pero el tema que a tocado "el que escribe" me apasiona.

Anónimo dijo...

¡Que chulo! Uno de mis momentos más bonitos de este año que acaba es haber enseñado a montar en bici a una amiga que pasa largamente de los 25. :) Creo que para ella también.